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FERROVIARIOS
 

FERROVIARIOS
El Estado ausente

Fotografía: Pablo Bove
Texto: Pablo Bove

Hubo un tiempo en el que el sistema ferroviario argentino ―uno de los más grandes del mundo―, conectaba cientos de pueblos en todo el país, simbolizaba el desarrollo y era motivo de orgullo nacional.
Icono del progreso y la pujanza, el ferrocarril en Argentina siempre fue un territorio de disputa política e ideológica.
Desde el derrocamiento del General Perón en 1955, se llevaron adelante distintas medidas para reemplazarlo por el transporte automotor. Sin embargo, no fue hasta la década del 90 que el sistema quedó en jaque. Las políticas neoliberales del expresidente Carlos Menem (1989-1999) de achicar el Estado mediante privatizaciones y concesiones de empresas públicas tuvieron, en el caso del tren, un altísimo costo. Se destruyeron 24.000 de los 47.000 Km que supo tener el sistema ferroviario a lo largo y ancho del país. Numerosos ramales cerraron para siempre y con ellos desaparecieron 870 pueblos; cerraron 40 policlínicos en todo el territorio y 90.000 trabajadores quedaron en la calle. El vaciamiento y la desinversión produjeron, a mediano y largo plazo, todo tipo de accidentes. Uno de los más graves y recordados fue el conocido como “La tragedia de Once” que dejó un saldo de 52 muertos y 789 heridos.
Estas imágenes, realizadas en 2018 durante varias recorridas por los talleres de Villa Luro (Ferrocarril Sarmiento),en Buenos Aires, exploran entre los despojos que yacen bajo los esqueléticos tinglados de los mismos. Lo que en otro tiempo fue cuna de sueños obreros, de identidad y de pertenencia; hoy, se ha convertido en un espacio de ilusiones y promesas desvanecidas.
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